Todo el tiempo surgen nuevas opciones para construir reutilizando material descartable u otro tipo de elemento que colabore con el cuidado del medio ambiente. Los ladrillos ecológicos son un ejemplo de un material ideal para construir una casa ecológica.
Al hablar de ladrillo ecológico no estamos diciendo que el ladrillo convencional no sea, de por si, amigable con el medio ambiente. Deberá analizarse en cada caso y con cada tipo de ladrillo disponible en el mercado, si este material tan usado en la construcción cumple con las propiedades de sustentabilidad y protección del ambiente que deseamos.
Tipos de ladrillos convencionales
Solo con el objetivo de contar con mayor información para comprender a este producto y de qué forma podría ser sustentable y amigable con el medio ambiente, vamos a ver algunos tipos de ladrillos que se utilizan hoy en día en el mundo:
- Ladrillo macizo: utilizado generalmente para edificaciones, pavimento y recubrimiento de suelos, es una pieza de tierra arcillosa, moldeada tanto a mano como mecánicamente y cocida. Tiene generalmente forma de paralelepípedo. En su elaboración se pueden adicionar otros materiales de suficiente plasticidad para que al secarse, el ladrillo no presente grietas, nódulos o deformaciones. En términos generales, para considerarlo macizo, no tendrá perforaciones en su interior que pasen del 20 % de su volumen. Con este tipo de ladrillos se pueden fabricar arcos, bóvedas, chimeneas, pilares, cúpulas, etc.
- Ladrillo hueco: también denominados ladrillos no portantes a tubos horizontales, son ladrillos cerámicos utilizados para la ejecución de cualquier tipo de muro no portante (que no soportan cargas de otros elementos estructurales) y que sirven solamente para cerramientos o tabiques divisorios y fachadas. Aportan muy buena aislación térmica. Por su reducido peso, son muy buenos para la ejecución de tabiques sobre losas de entrepiso.
- Ladrillo refractario: es un ladrillo cerámico que posee una serie de características especiales, que lo hacen mantener y refractar el calor que reciben, lo que permite hacer un gran uso de este material dentro de instalaciones industriales, o en para revestir calderas, ollas de aceración, parrillas, hornos, estufas domésticas, etc. Por sus buenas propiedades térmicas este material es considerablemente costoso.
- Ladrillo cocido de tierra: se lo conoce también como ladrillo manual, y es el más común de los ladrillos. Su apariencia es rustica, dando la impresión de ser ladrillos antiguos. Es fabricado de forma artesanal y sus longitudes varían según el país.
- Ladrillo de adobe de tierra: es un ladrillo elaborado totalmente a base de barro y, aunque tiene apariencia similar al ladrillo cocido de tierra, es un ladrillo sin cocer, una pieza para construcción hecha de una masa de barro (arcilla y arena), mezclado a veces con paja, moldeada en forma de ladrillo y secada al sol. Posee un bajo aguante a los fenómenos atmosféricos y a vientos fuertes.
- Ladrillo clínker: conocido también como ladrillo gresificado, su fabricación está basada en arcilla cocida a altas temperaturas, procedimiento que permite obtener un ladrillo de mayor densidad y baja absorción de agua. Se utiliza generalmente en fachadas y tabique y es de terminación gres, esmaltado y rústico.
- Ladrillo perforado: también llamado ladrillo tosco, su nombre viene de las perforaciones que tiene en su cara superior (tabla) y que ocupan entre un 10 y un 25 porciento o más de su estructura. La principal característica de este ladrillo es su resistencia, pues el mortero puede penetrar por las perforaciones verticales y aumentar su fuerza.
- Ladrillo visto o caravista: es un ladrillo que el no tener poros y ser muy estético en por lo menos una de sus caras, es perfecto para la decoración y el uso en fachadas. La ausencia de poros, hace además, que aguante bien el agua y las bajas temperaturas.
El ladrillo, un material sustentable y seguro
Analicemos el ladrillo cerámico, uno de los más utilizados en el mundo, desde el punto de vista de un hábitat saludable. Este tipo de ladrillo se obtiene a partir de la arcilla sometida a un proceso de cocción, por lo que, a priori, no contiene sustancias tóxicas ni sintéticas. Además, está entre los materiales de construcción más seguros en lo que se refiere al contenido de sustancias radioactivas y al quemarse, en un incendio por ejemplo, no emite gases perjudiciales.
Los ladrillos aligerados
Con el tiempo, la industria ha añadido sustancias potencialmente tóxicas a la arcilla original, para mejorar sus características. Como en el caso de ladrillos aligerados, que en muchos casos se fabrican añadiendo fibras de poliéster que se queman en el horno, haciendo el ladrillo más ligero. Pero se trata de una práctica contaminante y, sobre todo, perjudicial para los operarios de la fábrica.
Por suerte la tendencia ha cambiado y en general se ha sustituido el poliéster por aserrín o polvo de carbón para cumplir el objetivo de aligerar las piezas.
El ladrillo en forma natural transpira
A su vez, otra de sus características fundamentales es su transpirabilidad. Una casa construida en ladrillo, transpira de forma natural, facilitando así el equilibrio en el porcentaje de humedad del aire interior.
Pero para mantener esa transpirabilidad hay que evitar el uso, tan habitual, de pinturas y revestimientos impermeabilizantes no transpirables. Como alternativa, se puede recurrir por ejemplo, a enlucidos de cal, que son impermeables pero transpirables.
El ladrillo es durable, resistente y estético
A todo ello hay que añadir su gran durabilidad y un comportamiento ejemplar de las estructuras de ladrillo ante los terremotos. Solo hay que ver como gran parte del patrimonio arquitectónico cuenta con el ladrillo entre sus materiales de construcción. No sólo por sus características resistentes sino por sus cualidades estéticas. El ladrillo visto suele embellecer con los años, a diferencia de otros materiales de construcción convencionales.
El ladrillo y la sustentabilidad
En cambio, si analizamos el ladrillo convencional desde el punto de vista de su sostenibilidad, la situación no resulta tan favorable. Quedan, en principio, dos aspectos a solucionar para poder darle a este material constructivo el mote de "ladrillo ecológico":
- En su cocción se consume una gran cantidad de energía que a su vez supone la emisión de grandes cantidades de CO2. Teniendo en cuenta que el ladrillo cerámico o de adobe es un producto fabricado en todo el mundo, incluidos los países menos desarrollados, en su mayor parte se fabrica usando como combustible el carbón.
- La arcilla es una materia prima finita. Para su obtención se recurre a la apertura de canteras que, en muchos casos, no tienen en cuenta su impacto medioambiental.
Por lo que lógicamente, el siguiente paso sería conseguir la fabricación de ladrillos evitando la cocción. También, exigir la gestión responsable de las canteras y la puesta en marcha de procesos de reciclaje del ladrillo usado.
Los ladrillos ecológicos
Los ladrillos a los que se denominan ecológicos, no degradan el medio ambiente, a diferencia de los ladrillos convencionales cuya fabricación y materiales, como vimos anteriormente, no resultan inocuos.
Este tipo de ladrillos sustentables, poseen características similares a los tradicionales, por lo tanto, no pierde su utilidad en la construcción de casas u otro tipo de edificaciones, pero le agrega propiedades más amigables con el medio ambiente.
Diferenciaremos los ladrillos ecológicos por los materiales con que están construidos ya que existen varias propuestas (en vía o ya en marcha) de ladrillos con diferentes componentes: algunas opciones, por ejemplo, aprovechan residuos de la construcción y sedimentos de lagunas o bañados para producirlos.
Tipos de Ladrillos Ecológicos
Algunos tipos de ladrillos ecológicos:
- Ladrillos ecológicos con cenizas de carbón. Esta fue una idea de un ingeniero civil, Henry Liu, en 1999, con un doble beneficio ecológico. Con este material los ladrillos se obtienen a 212 grados en 10 horas y se aprovechan los residuos que generan las centrales térmicas de carbón.
- Ladrillos de cáñamo y paja. Pese a la aparente fragilidad de los materiales, la dureza de este ladrillo ecológico es semejante a los convencionales. Cuentan con la desventaja de ser más caros pero aíslan muy bien de la temperatura exterior, lo que supone un ahorro del gasto de energía en calefacción y aire acondicionado, por lo que se amortiza pronto su precio.
- Ladrillos de plástico usado y cáscaras de cacahuete: Son una creación del Centro Experimental de la Vivienda Económica de Argentina, quien asegura que son duros, aislantes, ligeros y económicos. Además de producir un ahorro energético, posibilitan un reciclaje de residuos para su producción.
Ladrillos modulares
Existe en el mercado otra alternativa a los ladrillos ecológicos, la que se denomina ladrillos modulares.
Se fabrican con una base de cemento, suelo y agua, que luego son prensados manual o mecánicamente. Como resultado se obtiene un ladrillo de mayor densidad, altamente compacto, con una gran resistencia a presiones mecánicas, que superan a la del ladrillo cocido convencional.
¿Qué hace ecológico a un ladrillo modular?
Dentro de los ladrillos tradicionales, el ladrillo modular puede ser considerado un "ladrillo ecológico" porque cumple con varios de los requisitos que deseamos que tenga un material constructivo para ser amigable con el medio ambiente:
✅ Por el escaso volumen interno, el consumo de agua para el proceso es significativamente inferior, menos de un 20% en volumen.
✅ No requiere de cocido con combustibles fósiles, por lo que no contamina durante el proceso con algún tipo de emisión.
✅ Es posible elaborarlo en la obra, evitando así costos adicionales de flete y ahorros de combustible y contaminación en el transporte.
Pero además tiene algunas ventajas con respecto a, por ejemplo, los ladrillos de arcilla cocidos:
➡️ Por ser producido en molde (matriz) los acabados son tersos y sus medidas constantes en el tiempo sin importar el número de ladrillos elaborados.
➡️ No sufre de contracciones o deformaciones por cocción, esto implica una metodología de construcción mucho más práctica con paredes lisas que no requieren frisado impermeabilizante. Incluso, se le puede aplicar una capa de hidrófugo líquido como única medida de acabado.
➡️ El beneficio principal, a corto plazo, es que el costo de cada ladrillo significa entre un tercio y un cuarto del precio del ladrillo convencional.