Según la revista Bioenergy International, en su edición nacional, esta tecnología, denominada pirólisis, transforma restos de madera o de cultivos industriales en “gas pobre”, alimentando a un motor de combustión interno conectado a un generador eléctrico.
Los residuos se obtienen de alrededor de 50 carpinterías y aserraderos de zonas como Quitilipi o Machagai donde, normalmente, acaban siendo quemados al aire libre, con el desperdicio que supone, a parte del riesgo al que se expone la población más cercana.
La efectividad energética de este gas es alta: cerca del megavatio hora de electricidad por tonelada. Por ello, empresas de E.E.U.U como Phoenix Energy o Full Circle Biochar se han sumado a este gran avance construyendo plantas, en este caso generadoras de calor, en su país y también Polonia; además, están estudiando la posibilidad de su utilización para la producción de electricidad.
No sólo E.E.U.U avanza hacia el progreso en esta materia, a éste se suman grandes países como Argentina o China.En este último, encontramos una variante capaz de generar electricidad con cáscaras de arroz, dándole diversas aplicaciones y consiguiendo una revalorización de los subproductos.
Con esta innovadora idea de generación de electricidad, se abre una nueva vía para los negocios de las empresas del sector, principalmente el agrícola y ganadero que, según explica la revista norteamericana Sun & Win Energy, busca depender menos de la maquinaria motorizada y adquirir equipos eléctricos, debido al costo del gasoil en ese país.
En el siguiente vídeo se describe, en líneas generales, el proceso de pirólisis en la biomasa.